Ya no tengo tanto frío, pero sigo abrazada a tu chaqueta. Huele a ti. No a tu colonia, sino a ti. A ese olor que consigue que me calme... A tu piel. A tus besos. Huele a tus abrazos en los que noto cada uno de tus músculos empujarme contra tu pecho. Huele a tu cara, tan cerca de la mía que a penas logro verte... Y a que ojalá esta noche fría pudiera ser mil veces más larga.
Estoy descubriendo muchas cosas contigo.
Que me encanta ir en moto, que en la calle se está genial... Que las precipitaciones torrenciales y el granizo son preciosos cuando hay alguien como tú cerca.
Que estar sentados en el coche, oyendo la lluvia explotar contra el cristal, no sería lo mismo si no estuvieras tú para agarrarme fuerte y decirme, tan suave que casi queda amortiguado por el repique de las gotas, esas palabras que me hacen sentir viva.
Que me encanta ir en moto, que en la calle se está genial... Que las precipitaciones torrenciales y el granizo son preciosos cuando hay alguien como tú cerca.
Que estar sentados en el coche, oyendo la lluvia explotar contra el cristal, no sería lo mismo si no estuvieras tú para agarrarme fuerte y decirme, tan suave que casi queda amortiguado por el repique de las gotas, esas palabras que me hacen sentir viva.
Ha sido un buen día. Contigo lo es siempre.
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