Me refiero a ese pequeño salto que pega el corazón cuando alguien te sonríe,
alguien especial.
Para mí, en este mundo hay dos tipos de personas:
Las que tienen algo y las que no.
Suena a tópico, pero si te paras a pensarlo, siempre será así.
Siempre habrá gente que consiga que sus palabras reboten en tu mente, día y noche,
y habrán otros cuyas palabras no recordarás jamás.
Él es así, creo, porque me pongo nerviosa cuando dice mi nombre,
Y siempre lo dice delante de mucha gente.
En esos momentos, mi alma se acelera y mis frases pierden coherencia,
Y cuando le digo que me decepciona, se ríe y se muerde el labio...
Entonces me retuerzo entre pensamientos dulces,
bailo con la imaginación y me mezo en mi locura,
y me encanta, me encanta, me encanta...
Dios, ¡Deja de jugar con mis sentimientos!
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