jueves

The hardest part of this

Cuando estamos lejos es difícil hasta respirar, aunque sé de sobra que a ti no te gusta admitirlo.
O quizás no lo ves igual, pero yo siento siempre la imperiosa necesidad de los "Ojalá" y las ganas de repetirte cuánto quiero tenerte. En ciertas ocasiones tengo la impresión de que incluso llega a molestarte, pero perdona si no me controlo, porque es una opción que no quiero plantearme.
A veces, me falta tanto tu cariño, que los días se hacen tediosos. Se alargan, se hacen duros y, sinceramente, me amargan. Ojalá a mí me resultara tan fácil como a ti parece resultarte, porque aunque sé que me amas, parece que tus sentimientos están detrás de una caja de acero blindado que es, sin duda, impenetrable por cualquier tema superfluo que intente tan siquiera rozarte... y me da envidia. Los míos están rodeados por una valla de madera, de esas que cualquiera que se lo proponga puede saltar, y créeme cuando te digo que todo el mundo lo consigue, puesto que ambos sabemos que no sería la primera vez que alguien salta la valla, destroza lo que hay dentro, y se va sin despedirse. Tú la saltaste, y construiste un chalet enorme, en el que siempre estás haciendo reformas, como esa piscina enorme fuera, que podrías llenar con todas mis lágrimas.
Desde que te fuiste, la casa, aunque estás dentro, se siente vacía. Te notamos raro, y mucho me temo que es cosa nuestra. Tuve tanto contigo esos cuatro días, que me cuesta comprender por qué tú no estás eufórico, muriéndote de ganas de pasar cada segundo conmigo, gritándome que me amas y repitiéndome cada noche que echas de menos llenarme de cosquillas. Que sé que lo sientes, pero también sé que no sientes esta necesidad enfermiza de demostrarlo continuamente. Y eso me vuelve loca. Necesito más. Nada es suficiente. Dentro de mí se ha abierto un vórtice de cosas que no entiendo (aunque supongo que serán algo relacionado con el amor, como siempre) y que estoy segura de que eres el único que puede hacer que todo cese.
Es gracioso lo poético que suena decir que has abierto un vórtice de sentimientos en mí, pero es realmente como lo siento. El mundo dando vueltas, el tiempo que pasa lento, triste, y vacío porque nunca consigo toda y cada una de las cosas que, más que querer, he empezado a necesitar que me digas.
Ojalá algún día, no muy lejano, consiga sentarme en el lugar exacto desde el cual tú observas el mundo. Debe ser un sitio plácido, tan tranquilo y llevadero. Sin preocupaciones, ni miedos, porque tú no ves ni un solo Ojalá a lo largo del día. Tiene que ser agradable.
 Debe ser agradable amar desde esa perspectiva.


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