miércoles

La virtud.

Perdón por la falta de inspiración, no es algo que sea capaz de controlar.
En contadas ocasiones he venido en busca de contarte alguna sonrisa, alguna lágrima, pero todas han resultado fallidas. Se ve que le he perdido la pista a las emociones, porque las siento... pero no las percibo como para cogerlas y plasmarlas. Y mostrarlas. A tus ojos...
A veces, la llamita de mi pecho baila. Por las noches, cuando nadie nos mira, se despierta mientras nuestros ojos empiezan a dormir. Por las noches, mientras me cuentas tu día, ella salta, corre y grita. Está contenta. No suele tener miedo, y la época en la que no formaba parte de mi vida queda ya muy lejos.
Te quiere porque está en deuda contigo, tú la trajiste de vuelta a casa, a mi pecho. A rebotar en las paredes de mis pulmones. A quemarme el corazón por dentro cada vez que, por cualquier razón que no entiendo, se sonroja cuando me sonríes.

Hoy... quiero un gatito. Pero más, mucho más, te quiero a ti.

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